Un estudio realizado por el Hospital McLean, en Belmont, Massachusetts, a raíz de la muerte por infarto de seis corredores en maratones, reveló que ellos promediaban menos de 50 kilómetros de entrenamiento semanal, y en su torrente sanguíneo mostraban una proteína llamada troponina.
Esta proteína aparece en la sangre cuando el corazón sufre algún daño importante, por haber realizado esfuerzos excesivos.
Dicho en pocas palabras: Lo probable es que esos corredores llegaron sub entrenados a la línea de salida de sus respectivos maratones.
Dependiendo del programa de entrenamiento de que se trate, el kilometraje semanal mínimo necesario durante los dos meses previos a la fecha de un maratón debiera ser del orden de 60 kilómetros semanales, además de poder correr los 10K en 70 minutos.
Una “dosis” de entrenamiento así debiera ser la mínima para que una persona se atreva a correr un maratón.
Alguien que cumpla con ese volumen de entrenamiento debiera poder correr su maratón en seis horas o menos, en condiciones normales.
Por eso muchos algunos maratones establecen un tiempo límite de seis horas. Se trata de que, quien no haya entrenado lo suficiente elija otro maratón, para que tenga tiempo para entrenar y no corra riesgos mayores. Se trata de protegerlo.
Ah, qué tiempos aquellos en que se buscaba correr Boston pero con el antiguo estándar de 2:50 para menores de 40 años y de 3:10 para mujeres. Obviamente esto exigía n entrenamiento mucho má sintenso que lo que se requeire para correr 5 horas en un maratón plan y con clima fresco. Pero aún así había suficientes locos que daban esas marcas ¿qué ha pasado? pues que ahora se corre para salir en el Face y no para dar una marca. Resultado: mayor número d e lesionados, resultados pobrísimos a nivel nacional y pingües ganancias para los organizadores de carreras. Bravo: acabaron con el deporte de correr y crearon la industria de las carreras