Editoriales Noticias Cuerdas

Editorial #4: «El running nos ha explotado en las manos»

Desde este lado de la línea, en mi rol de corredor pero también de comunicador, los títulos como «La moda del running» (debo confesarlo) me provocaban hasta hace no mucho, urticaria. No es que ya haya dejado de sonarme «frivolizador» del fenómeno; más bien me he resignado a seguir leyéndolo…

1/8 maraton Buenos Aires 2015 Locos por correr 01
Masividad, crecimiento, desborde; el running nos ha explotado en las manos

Me da la sensación que quien asocia en una mismo párrafo «moda» y «running», no es alguien que esté viviendo la experiencia de correr realmente desde adentro. No la vivencia. Ojo; es una sensación. Y lo pienso así porque, generalmente, quien vive esto de correr en plenitud, sabe que la actividad difícilmente sea equiparable a una moda. «Moda», para mí, fue por ejemplo jugar al paddle en los 90, eso sin dejar de destacar que ha habido verdaderos apasionados de la paleta. Pero correr tiene muchas (demasiadas) implicancias más fuertes que una simple «moda»; implicancias humanas, sociales, afectivas, económicas, culturales, tiene otra masividad… y por eso creo que es mucho más que una moda. Es un movimiento, es un fenómenos social, el un nuevo hábito masivo que llegó para quedarse. Y esa es la diferencia; las modas van y vienen fugaces, los hábitos sociales, perduran.

No deja de ser menos «simpático» un título como «el boom del running». Pero a este último me aferraré para tomar el «boom» como la onomatopeya de esta «explosión». Es que es eso; el running nos ha explotado en las manos.

Nada más que en los últimos 15 meses por ejemplo, aquí en la Argentina (uno de los países donde más se corre en la región) las carreras de calle han sido protagonistas de noticias y hechos que han trascendido incluso, a medios que están por fuera de lo temático. Mariano Mastromarino, recorriendo con su figura hasta medios internacionales con aquel incidente de querer ser sacado de la Maratón de Buenos Aires, cuando fue confundido con un intruso («un blanco no puede estar ganándole a los keniatas», habrá sido el obtuso razonamiento). El mismo Mastromarino irrumpiendo en la tapa de los personajes del año de Revista Gente (un maratonista!). Claro que lo más significativo fue que un argentino recuperara el podio después de 10 años para Argentina, en la maratón más importante del país.

La difusión masiva de lamentables muertes en el marco de carreras, muertes súbitas que, dicho sea de paso, podrían haber ocurrido en cualquier otro contexto de la cotidianeidad de las víctimas. La polémica por los corredores sin dorsal y las medidas tomadas al respecto, con sus respectivas repercusiones. E incluso más allá; la creación de la Cámara de Organizadores de  Carreras de la República Argentina, la creación de la Asociación Argentina de entrenadores de running en la ciudad de Buenos Aires, el surgimiento (o llegada al país) de numerosos medios especializados; revistas, programas de TV y radio, webs, blogs.

La regulación de espacios públicos usados por grupos de entrenamiento, como por ejemplo en la ciudad de Rosario. La implementación, regulación o actualización de leyes con respecto a los aptos físicos en ciudades como Buenos Aires (Ley 139) o en Tandil. El surgimiento del «Plan Centenario», a partir del cual la Federación de Atletismo Metropolitano de la Ciudad de Buenos Aires recibirá aportes de los organizadores privados de carreras de calle, la aparición de las más diversas marcas sponsoreando eventos, incluso muchas de ellas en las antípodas de la actividad física o la vida al aire libre (pero excelentes a la hora de plantear una acción de marketing) la instalación de los 21k como la nueva distancia aspiracional, pasando de una a cinco carreras de esa distancia en el año, solo en el ámbito de la Capital Federal y GBA.

Lo dicho; el boom es la onomatopeya de lo que esta sucediendo; el running nos ha explotado en las manos. Para bien o para mal. Claro que con el crecimiento vinieron los pro y los contra; por ejemplo, se multiplicó la cantidad de carreras, lo que NO significa necesariamente que se multiplicara en todos los casos la calidad de prestaciones y servicios al corredor. 

Muchos corredores se quejan. «Los de antes» y los recién llegados; los primeros comparan con otros tiempos, con menores costos, menos marketing, menos «selfies» y los de ahora, se pliegan a los pedidos.

Con respecto a la creación de la Cámara de Organizadores de Carreras, y con la polémica de los corredores sin dorsal, muchas voces de «runners» se han alzado en las redes sociales (termómetro preferido por la «generación arroba»). Una de las propuestas que más me llamó la atención, fue la de crear una «Asociación de Corredores Populares» (por amateurs, como se usa el término en España).

Si bien me parece una iniciativa con actitud proactiva y que no dejó de concitar mi atención, me resultó un tanto inviable. Por qué inviable?… porque, por empezar, ni siquiera sabemos cuántos  corredores somos en Argentina; sería muy difícil que cualquier entidad se arrogara la representatividad y el consenso de todos los corredores del país y unificara una sola voz, habiendo tantos matices y voces discordantes, empezando en las redes sociales, donde convergen espinosos debates virtuales. Reitero que no deja de parecerme loable la idea de unificar pedidos y buscar soluciones, a pesar de la inviavilidad que menciono. 

Pero entonces, qué hacer?… Se agrupan los empresarios, se agrupan los entrenadores, nos rodea el marketing, con sus ángeles y demonios… y nosotros, qué?. El «consumidor final», el atomizado motor que le da arranque a la industria del running. Qué hacemos?.

Activar, empieza por casa. Sí creo, que tal como votamos cada dos o cuatro años en nuestro país, podemos votar todos los domingos por la excelencia del servicio y dejar de hacerlo por las carreras que, en la vereda de enfrente son de una prestación paupérrima. La propuesta concreta es; no esperemos a ser parte de una Asociación; elijamos nosotros y ya.

Nuestra elección está seguida de meter la mano en nuestros bolsillos para pagar una carrera. Entonces, que las quejas y los enojos virtuales de 140 caracteres o de posteos infinitos, se conviertan en acción. Los invito  a elegir, como si fuera un domingo de elecciones. Elijamos CALIDAD, buen servicio, cumplimiento de lo promocionado, elijamos excelencia y respeto. Que nos cumplan con lo que nos ofrecen. Elijamos las organizaciones y marcas que de verdad reinvierten en eventos de calidad y en el mejoramiento de los estándares, elijamos a quienes tienen escrúpulos, a quienes respetan las necesidades (coherentes) del corredor. Ponganle el nombre que quieran, elijan lo que realmente deseen y no se suban a la marea; sean LIBRES de elegir, opciones hay por decenas. Que los restaurantes que sirven comida podrida queden vacíos y vayamos a los que te atienden como reyes.

La conocida frase; «no se queje si no se queja», debe ser convertida en acción, incluso la acción silenciosa sirve. No se queje si elige mal; usted puede equivocarse un a vez o dos, pero su sigue eligiendo mal y lo sabe, tampoco se queje.

Premiemos o demos la espalda con nuestra elección. El running nos ha explotado en las manos, pero los cables de las bombas que vienen, los podemos cortar con nuestra elección y acción. 

No te pido que pensemos lo mismo. Te pido, nada más, que pensemos.

Lucho Runner
Enero 2016

Lucho Runner Locos Por Correr 2

Locos por correr Twitter 610

Locos por correr Facebook 610

Locos porcorrer Instagram 610

 

Acerca del autor

LuchoRunner

Maratonista. Periodista. Locutor Nacional de Radio y TV (ISER Capital Federal).
Productor creativo de radio y TV (ETER, Escuela Terciaria de Enseñanza Radiofónica).
Conductor de @LocosXCorrerOK RADIO.
Director de contenidos de LocosPorCorrer.com

comentarios

Tocar o clickear para poder comentar

Responder a Locos Por Correr Cancelar respuesta

  • Excelente la nota Lucho, hace apenas tres años que estoy transitando por el running y como tal vez todos lo han hecho, en un principio me anotaba en cada Carrera que se presentaba, hoy las privilegio y selecciono, más aún luego de haber participado de los 42K de Baires, si bien uno no pretende que sean iguales, por lo menos que se acerquen y se respite del primer al ultimo corridor.