Paula Radcliffe, la mujer más rápida en la historia de la maratón, es considerada la mejor corredora de la historia.
Nacida el 17 de diciembre de 1973 en Davenham, condado de Cheshire, al noroeste de Inglaterra, Paula comenzó a correr a los 7 años. La pequeña Radcliffe sufría de asma y anemia, lo que no le impidió iniciarse en el atletismo motivada por su padre, maratonista aficionado.
A los 10 años presenció con admiración el triunfo de la noruega Ingrid Kristiansen, múltiple plusmarquista mundial, en la cuarta edición del Maratón de Londres, carrera en la que Paula daría mucho que hablar. En 1986 compitió en un campeonato nacional infantil, donde tuvo una actuación más que discreta, quedando en el puesto 299 de 600. Al año siguiente demostró un gran progreso al clasificar cuarte en la misma competencia.
Llegó a las carreras internacionales en 1991, como atleta juvenil, cuando formó parte del Campeonato Mundial de Cross Country disputado en Amberes, Bélgica. En aquella ocasión obtenía el puesto 15. Corredora en clara evolución, un año después se consagró campeona en el Mundial siguiente, en la ciudad de Boston, aún en la categoría juvenil, donde cubrió los 4 km en 13:30 bajo condiciones climáticas adversas.
Paula continúa entrenando y compitiendo en pista y cross country, participando con más o menos suerte en los principales campeonatos internacionales, al tiempo que estudia francés, alemán y economía en la Universidad de Loughborough, con un año 1994 en el que una lesión en el pie le impide competir.
En 1996 llega por primera vez a unos Juegos Olímpicos, en Atlanta, donde un quinto puesto en los 5000 metros señalaría el inicio de una serie de frustraciones en la máxima cita del deporte. En los Juegos de Sydney 2000 Paula duplica la distancia y corre los 10,000 metros: una mejor marca personal y un nuevo récord nacional no consuelan a la británica por llegar en la cuarta ubicación y quedarse fuera del medallero.
En 2002, a los 28 años, Paula hace el salto a una distancia que nació para revolucionar: la maratón. En la capital británica despacha los 42,195 kilómetros en 2:18:55, el mejor debut de la historia y el segundo registro más rápido de todos los tiempos. Y si su primera maratón fue notable, la segunda rompió todos los moldes con un tiempo fuera de serie: en octubre de ese mismo año, en Chicago, corrió en 2:17:18, rebajando en un minuto y medio el récord mundial vigente, de la keniana Catherine Ndereba.
Al comenzar el 2003 nada puede ser mejor para Paula Radcliffe, hasta que la británica supera sus propias hazañas: arranca el año con un récord mundial en 10 kilómetros (ruta), de 30:21, en San Juan de Puerto Rico, aún vigente. Y cuando parece que no puede lograr nada más, el 13 de abril logra uno de los hitos más significativos de la historia del atletismo: gana el Maratón de Londres con un tiempo de 2:15:25, récord mundial incontrastable, que el paso del tiempo no hace más que resignificar y sorprender. El 2003 de Paula cierra en lo más alto de la media maratón: campeona en el Mundial de Vilamoura, Portugal, y victoria con el mejor tiempo de la historia en Newcastle: 1:05:40.
Los tramos finales de un récord mundial inmortal. 2:15:25 en maratón (Londres 2003)
2004 es una nueva oportunidad para Radcliffe de conseguir una medalla olímpica. En esta ocasión, en Atenas, compite en la distancia que más domina, la maratón. Sin embargo, el sueño olímpico está más lejos que nunca: Paula se lesionó en las semanas previas y abandona la carrera pasado el kilómetro 36, entre llanto y dolor, en lo que aún recuerda como la peor maratón que haya corrido. Cinco días después hace el intento en los 10,000 metros, pero sigue sin poder correr bien y debe abandonar la prueba. Unos Juegos Olímpicos para el olvido y Paula Radcliffe que demuestra que es humana.
Los meses y años posteriores se suceden con más éxitos en el maratón, incluyendo triunfos en Nueva York y un Campeonato Mundial. Su máxima alegría, sin embargo, llega en 2007 con el nacimiento de su hija Isla. Ese mismo año, su pequeña bebé la recibe en la llegada del Maratón de Nueva York, nuevamente truinfadora.
2008, año olímpico. Paula Radcliffe llega otra vez lesionada y, si bien completa la maratón, lo hace en el puesto 23. Tres meses después se redime con una nueva victoria en la ciudad de Nueva York, ya una costumbre. En 2010 nace su segundo hijo, Raphael, con quien corre desde su embarazo. En 2011, con 37 años, se enfoca en el Maratón Olímpico, a disputarse al año siguiente en Londres, la ciudad que mayores satisfacciones le dio. Un muy buen tercer puesto en el Maratón de Berlín le deja buenas sensaciones para la cita olímpica, pero una lesión en el pie la obliga a bajarse días antes de la competencia. Los sueños de Radcliffe en los Juegos Olímpicos quedan enterrados para siempre, aunque sigue siendo la máxima referente de las mujeres maratonistas.
Luego de decidir alejarse definitivamente de las altas competencias, Paula Radcliffe corrió su última maratón el 26 de abril de 2015, en su amada Londres. Su legado seguirá firme por mucho tiempo.
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