A medida que envejecemos, nuestro cuerpo pierde fuerza motriz. La vejez implica que no podemos correr como lo hicimos cuando éramos jóvenes. Pero Deirdre Larkin, de 85 años de edad, de Sudáfrica demostró que todo está en la mente. Esta asombrosa jubilada no sólo corrió media maratón sino que la terminó en 2 horas 5 minutos y marcó un récord mundial.
Deirdre comenzó a correr hace más de siete años y desde entonces ha obtenido alrededor de 500 medallas de finisher en distintas distancias en carreras de calle. Es pianista retirada, concertista y tiene ahora el récord mundial de media maratón en su categoría de edad. “Antes de cumplir los 78 años, la última vez que había corrido, había sido en la universidad y no era muy buena haciéndolo”, recuerda Deirdre.
Es británica, pero se trasladó a Sudáfrica en 1970. En 2010 su médico le dijo que padecía osteoporosis y la medicación no parecía surtir ningún efecto. Se animó a salir a correr con uno de sus cuatro hijos cuando este se trasladó a vivir con ella durante una temporada. Mantenía un ritmo de tres pasos caminando, tres pasos corriendo. No necesitó más para dejarse atrapar por la adrenalina de correr. Todo lo que no consiguió la medicación, lo hizo el deporte, y reconoce que con las zapatillas puestas se siente más viva que nunca.
De aquellas primeras pisadas, a los ocho kilómetros diarios que ahora conforman su rutina de entrenamientos y con los que es capaz de rozar la barrera de las dos horas en la prueba de la media maratón, suyo es el récord del mundo para su categoría: 2 horas con 5 minutos.
Sigue una dieta estricta en la que están excluidos el azúcar, la sal o el café. Además, su despertador suena cada día a las 5 de la mañana. Después de entrenar cada mañana, concurre a una escuela de secundaria donde ejerce como profesora de piano, ya retirada de las giras que dio como concertista y que la llevaron a diversos países de Europa. Una inspiración para sus alumnos y para todos los que la observan atónitos con el dorsal puesto.
En 2016 participó en 65 carreras y dice sentirse mejor que nunca porque nota músculos en su cuerpo que no sabía que tenía. Es siempre una de las atletas que más llama la atención. La gente se para para saludarla, pero ella no alarga demasiado la conversación para ahorrar energía y aliento para llegar a la meta.
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