No le pasa a todo el mundo, pero puede ocurrir cuando recién empezás a correr o cuando después de mucho tiempo sin hacerlo, decidís retomar. Es extraño, es molesto, pero al poco tiempo se va. Te contamos el motivo en esta nota.
Cuando empezás a activar tu cuerpo, aumenta el ritmo cardíaco y la sangre fluye más rápido, para eso, es necesario que los vasos sanguíneos se expandan. Cuando tenés una rutina física ya adquirida y frecuente, los vasos están siempre “abiertos”, pero si de repente parás de entrenar o si nunca lo hiciste, es probable que tus capilares “colapsen” y es ahí cuando tu piel se pone levemente roja y te de comezón.
No hay que asustarse; es una reacción del cuerpo ante este “nuevo” estímulo. Puede ocurrir las primeras veces, pero después, una vez que el cuerpo asimiló la nueva actividad, los vasos permanecen con la suficiente dilatación.
Para evitar la comezón:
1. Correr con ropa suelta y de material transpirable.
2. Como el sudor potencia la comezón, tener a mano una pequeña toalla.
3. Cuando sepas que vas a volver a tu rutina de entrenamiento toma té diurético (sin exagerar!) ya que favorecer tu circulación.
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