Para Matt Fitzgerald, uno de los autores estadounidenses de actualidad, la clave para correr más rápido en competencias está en correr lento el 80 por ciento del kilometraje del entrenamiento semanal.

Fitzgerald asegura que entrenar a alta intensidad más del 20 por ciento del kilometraje semanal, lo que define como por arriba del “umbral ventilatorio”, sólo conduce a sobrentrenamiento y a lesiones.
Autor de los libros “The Runner’s Body” (El Cuerpo del Corredor) y de Brain Training for Runners (Entrenamiento Cerebral para Corredores), Fitzgerald publicó su nuevo libro “80/20 Running” en el que plantea su nueva propuesta.
Fitzgerald señala que estudios como el de Muriel Gilman, de la Universidad Estatal de Arizona, indican que el típico corredor recreativo que se considera a sí mismo competitivo corre el 46 por ciento de su kilometraje semanal a alta intensidad.
“Entrenar demasiado fuerte (correr rápido) es el principal error que se comete en el entrenamiento”, asegura el técnico.
Stephen Seiler, un estadounidense radicado en Noruega, escribe Fitzgerald, investigó este tema para determinar cómo entrenan los atletas de nivel mundial y encontró que ciclistas, esquiadores, corredores y triatletas hacen alrededor del 80 por ciento de su entrenamiento a baja intensidad.
Seiler definió el umbral ventilatorio como entre el 77 y el 79 por ciento del ritmo cardiaco máximo de un atleta bien entrenado, por lo que todo lo que exceda al 80 por ciento del RCM es considerado como esfuerzo intenso.
¿Qué significa esta propuesta de Fitzgerald? En cierto sentido significa confusión.
El autor reivindica la vieja propuesta del neozelandés Arthur Lydiard, autor del LSD (Long Slow Distance) y la teoría del “entrenamiento polarizado”, que descarta el uso de las sesiones de “Tempo”, que se corren al nivel de umbral anaeróbico.
Pero lo anterior cuestiona aquello de los “kilómetros chatarra” del gurú Jack Daniels, quien originó el principio de especificidad por el que cada kilómetro que se corre en el entrenamiento debe tener un objetivo y una razón de ser especifica.
La verdad es que en los últimos cinco años han proliferado las teorías de entrenamiento para correr largas distancias, por lo que por lo pronto será preferible abstenerse de llegar a algún extremo en el entrenamiento.
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