Cuando, hace aproximadamente una década, Mark Covert salió de una artroscopía en la rodilla para reparar su menisco, se despidió del doctor y se fue a casa. A la mañana siguiente se levantó de la cama y, con la rodilla hinchada, se puso un pantalón corto y una camiseta. Anestesió la maltrecha articulación con hielo, se ató las zapatillas y, rengueando, empezó a correr.
“No fue nada divertido”, asegura Covert, aunque reconoce que “pudo ser peor”. A pesar del dolor, consiguió su objetivo: recorrer una milla o, lo que es lo mismo, 1,6 kilómetros. Algo que ha hecho los últimos 16.437 días, nada menos que 45 años sin un solo día de descanso.
Ni siquiera unas piedras en el riñón o una operación han conseguido frenar a este profesor de educación física californiano de 63 años desde el 23 de julio de 1968, nada más salir de la graduación de su instituto, salió a correr por primera vez.
Covert ha recorrido más de 240.000 kilómetros desde aquel verano del 68, el equivalente a 20 vueltas al mundo. Ha sudado a más de 40 grados en el desierto de California y sufrido temperaturas de -12 grados centígrados mientras corría por las montañas de Colorado.
“He entrenado a pesar de estar enfermo o lesionado. Muchas veces no debí haberlo hecho, pero no me arrepiento. Salí a correr incluso los días en que fallecieron mis padres o nacieron mis hijos”, rememora este veterano atleta que ostenta el récord estadounidense de carreras de al menos una milla en días consecutivos, aunque su media es de casi nueve millas (casi 15 kilómetros) por sesión.
El final del camino
Y, como Forrest Gump, de repente, un día dijo basta.
Hace unos meses decidió que era el momento de parar. “Tengo una lesión en el pie. No tengo dolor, pero lo tengo deformado y no facilita el entrenamiento”.
Así fue que un 23 de Julio de 2013, justo el 45 aniversario de su primer entrenamiento, fué el último día que salió a correr.
Se calzó por última vez sus zapatillas y corrió alrededor del estadio Marauders del Antelope Valley College, donde da clase de educación física desde 1990.
Ahora tiene tiempo para terminar la publicación de su libro «Never Miss» (algo así como «Nunca faltes», en inglés), en el que contará sus vivencias a lo largo de cuatro décadas.
Un «loco por correr» para la historia
Además de la proeza de haber conseguido recorrer más de 240.000 kilómetros en 16.437 días y de ser el atleta de EEUU –y el segundo del mundo, tras el británico Ron Hill– con más entrenamientos consecutivos, Marc Covert pasó a la historia del marketing deportivo como el primer atleta que cruzó una línea de meta calzando unas zapatillas de la marca Nike.
Covert participó en los «trials» de 1972, las pruebas de selección en las que participan las universidades estadounidenses y que sirven para seleccionar el equipo que competirá en las olimpiadas. Quedó séptimo y, aunque no consiguió clasificarse para la prueba de maratón de Munich, aquella carrera le sirvió para convertirse en el primer corredor en finalizar una carrera con esa marca.
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